Él simplemente disfrutaba de su compañia. Sin demasiados preámbulos compartian minutos que ansiaba fueran eternos. Deseaba retratarla en su memoria para nunca mas olvidarla puesto que no tenia la certeza de poder verla otra vez. La dibujó en su mente. Puso dorado sobre su cabello, miel sobre sus ojos, un claro sobre su piel y blanco radiante sobre su sonrisa. El paisaje de fondo movedizo fue el de todos los dias., el que recorrian siempre antes de despedirse. Solo quedaba elegir la pared donde colgar el cuadro imaginario. Eligió la pared mas vistoza y reluciente de su corazón. Alli podria encontrarse con ella cada vez que lo deseara y asi nunca olvidarla.
1 comentario:
El sombrero hay que sacarselo para saludarte de ahora en mas. El dia que quiera hacerle entender a un hombre las palabras que quiere oir una mujer se lo voy a dar para que lo lea.
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